lunes, 25 de mayo de 2009

La Visita de Proserpina al Inframundo

José Terán.
De las Fiestas del Pitíc (que estuvieron de primera magnitud), me quedo con La Visita de Proserpina, un monólogo que merecía haber sido incluido en el programa oficial de estas fiestas organizadas por el Instituto Municipal de Cultura y Arte. Sin embargo no fue así y la obra –guión y actuación de Anna Cristina Lira—tuvo que superar otro reto más: presentarse en la Galería El Estudio, en donde fue mal tratada y su público casi despreciado.
Según la Mitología, Proserpina, hija de Ceres y Júpiter, es la Diosa de la Primavera porque encarna la vida, la muerte y la resurrección, es decir el tan apreciado por los humanos ciclo agrícola, pero también por su forzada unión con Plutón, quien la rapta, pasa a convertirse en reina del Inframundo. Cuenta la Mitología que Proserpina (cuyo significado en latín es “emerger” y que es la base del mito de la Primavera) es una joven sumamente encantadora pero caprichosa y que entre sus gustos está el bañarse en los estanques, jugar con ninfas y recoger flores. Justamente allí es donde la encuentra Plutón.
Nosotros, los amigos de Anna Cristina Lira, la encontramos el pasado sábado 23 de mayo en esa galería de pintura que, como otros lugares, albergaron espectáculos alternos, pero ahí pareció como si la Diosa de la Primavera no hubiera hecho acto de presencia y su encanto nada significó para los anfitriones del negocio.
Qué pena por el maestro Gustavo Ozuna y sus asesores quienes no supieron aquilatar la oportunidad de presentar en sus instalaciones este fresco y bien montado monólogo, y también porque las informalidades hacia el público comenzaron por recorrer el horario. Sí, porque La Visita de Proserpina programada para las 7 de la tarde fue recorrida una hora más tarde y los anfitriones, sin tomarse siquiera la molestia de avisar a nadie, cedieron ese tiempo a un protegido “lector” de poemas de Mario Benedetti, quien no sólo llegó tarde a su presentación sino que destrozó los poemas del vate recién desaparecido.
Después de los justos reclamos de algunos asistentes fue, precisamente, la encantadora presencia de una Proserpina joven, “super cool”, “Nice” y caprichosa, la que mantuvo, finalmente, divertidos y contentos a decenas de espectadores que acudieron para presenciar dos revelaciones: la primera tiene que ver con la forma tan ágil de adaptar un texto antiguo a los tiempos modernos, mérito indiscutible de la propia protagonista, porque como lo dice el bien diseñado programa de mano “Proserpina… organiza los mejores reven del Olimpo, pero su mami Ceres la obliga a que tome una terapia de humildad” y por eso, justamente, la envía, desde la Italia primigenia, a “este rancho de Hillo.”
La segunda revelación tiene que ver con el reconocimiento y el agradecimiento por la valiosa actuación que nos regaló Anna Cristina Lira, convertida en una verdadera diosa de la escena: bella, grácil, segura y con una muy buena dicción, que ni siquiera un fallo en el sistema de sonido logró desconcentrarla y resolvió muy bien elevando el tono de su voz.
Para la puesta de este monólogo trabajaron con dedicación y rigor: la maestra Magda González, en la Dirección y Asesoría en Dramaturgia; Diana Galindo, como Asistente de Producción; Lucía Aguirre en el Diseño de Imagen; Enrique Palacios en el Diseño del Programa; y en el Guión y Actuación, una verdadera reina, Anna Cristina.
Bien por este trabajo que con todas las contrariedades se presentó y cuyos resultados fueron debidamente apreciados por su público. ¡Hurra! por este monólogo que agregó lustre, tanto como los que más, a las Fiestas del Pitíc, 2009.
Felicidades.

José Fco. Terán
Escritor.
25 de mayo, 2009.

No hay comentarios: