El aire y un aroma de álamos
llega desde lejanos días
vienen también
mañanas olorosas a carne
sobre las brasas
pláticas alrededor de las llamas
y tu acordeón o banjo
con tonadas locales
Tu cara perfila
aquellos sitios remotos
de sombras y hojarasca
húmedas al amanecer
arroyos despeñando el invierno
arena del verano
En alguna parte de tus manos
animales hermosos y ligeros
movilizan sus nervios
entre la floresta y las espinas
antes de huir con un murmullo
de ramas
los viste
¿cuándo por última vez?
¿Alguno habló para decirte adiós?
¿O un solitario pájaro
miró en tus ojos y te vaticinó
que morirías lejos
como un fantasma real
sin historia
ni muertos a quién o dónde llorar?
Por la ventana entra el aire
pero tú duermes
y velas tus imposibles armas
No hay ni habrá más batallas
nada
allá arriba
Sólo es el aire padre
que siempre vuelve
en días como estos
Es el regreso
José Fco. Terán C.