miércoles, 25 de febrero de 2009

El Dante del "Stil Novo"


Por José Terán C.
Dante Alighieri (Florencia 1265 – Ravenna 1321). El más grande de los poetas italianos y, quizá, uno de los mayores de todos los tiempos del planeta. Los Alighieri descendían de la antigua familia de los Elisei, de sangre latina y parece que habían tomado el nuevo apellido del de la mujer de Cacciaguida, tatarabuelo del poeta y armado caballero por Conrado III, poco después muerto combatiendo en la Segunda Cruzada.
De Alighiero y de la señora Bella, su primer mujer, nació Dante, quien quedó muy pronto huérfano de madre.
En su primera obra juvenil, la Vita Nova él mismo nos cuenta que a los nueve años conoció y se entusiasmó perdidamente e una jovencita de ocho: Beatrice, hija de Folco Portinari. La existencia de Beatriz es cierta, pero con toda probabilidad los detalles de este amor han sido recreados por el poeta con un significado simbólico, según el uso de la época del Stil Novo, que idealiza a la mujer como un místico anhelo de unión entre el hombre y Diós. Beatriz casó, en el año 1288, con Simone de Bardi y murió poco después a los veintitrés años; su muerte, aún más que su matrimonio, fue un duro golpe para Dante, que en un principio busco alivio en amores frívolos y más tarde en los severos estudios del Quadrivio en los que tuvo como maestro a Brunetto Latini. También, la fiel amistad de Guido Cavalcanti contribuyó a sacarlo del abatimiento de entonces. Pero el amor por Beatriz debía quedar como una experiencia central e inspiradora para su arte.
En 1289 Dante combatió en Campaldino contra los aretinos; hacia el 95 esposó a Gemma Donati con quien tuvo dos hijos, Piero y Iacopo, y, parece dos hijas, Antonia y Beatriz; ésta última se hizo monja. En este mismo período comenzó a tomar parte en la vida pública de Florencia, agitada entonces entre los dos partidos güelfos, los Blancos y los Negros: inscrito en el gremio de los Medici e degli Speziali, tomó parte en varios Consejos, de tal suerte que en el 1300, con el triunfo de la parte blanca, a la que se había agregado, llegó a ser uno de los priores de la ciudad.
Pero el contraataque de los Negros, apoyada por el Papa Bonifacio VIII y llevada a cabo por Carlo de Valois, llevó a Dante al exilio de Florencia mientras él, parece, estaba en Roma, en calidad de embajador de los Blancos, para lograr un acuerdo con el Papa. Después de haber tratado, inútilmente, con sus compañeros de exilio, de retornar a Florencia, Dante comenzó un largo peregrinaje en el cual debió aprender a tomar una sopa de su propio chocolate.
Estuvo, primeramente, en Verona, como húesped de los Scaligeri; lo encontramos después con los hermanos Malaspina in la Lunigiana; poco probable es un viaje suyo a Paris y, aún menos, uno a Inglaterra, que menciona Boccaccio.
Estuvo, quizá, a Forlì, con los Ordelaffi, cuando Enrique VII entró a Italia; y aún cuando no se convirtió en un ghibellino, como algunos dicen, Dante vio en el monarca la salvación de Italia, según su sueño imperial. Pero la muerte repentina de Enrique le cortó toda esperanza. Fue, aún a Verona con Cangrande y después a Lucca con Gubbio en el Friulì, en el Trentino y después de varias peregrinaciones más a Ravenna, huésped de Guido Novello da Polenta. Aquí terminaba la Commedia, aquí fallece.
Fue sepultado en la Capilla de la Vírgen.
Su primer obra es, en orden temporal, la Vita Nova, historia en prosa poética de su amor por Beatriz, un trabajo en el cual más completamente se muestra el espíritu del Stil Novo; le sigue el Convivio que debía ser una colección de cuatro tratados sobre el conocimiento filosófico, político, moral y científico de la época, pero la obra quedó sólo en el cuarto tratado. Igualmente incompleto quedó el tratado De Vulgari Eloquentia, esto es sobre la lengua vulgar, en donde Dante contrapone el dialecto de la toscana, especialmente el florentino, al latín, y en el cual, con muchos errores debido a la falta de una verdadera ciencia del lenguaje, desarrolla ideas sobre la formación de un “vulgar ilustre” en el cual se recogieran y armonizaran los varios dialectos itálicos.
En latín escribió también la Monarchia, donde sostiene que el Imperio, monarquía universal y natural, aliado de la Iglesia Católica, es la verdadera expresión política del cristianismo, emanado de Dios y que hace surgir el Imperio en tiempos de Augusto y preparar el camino para difundir el mensaje cristiano.
De menor importancia es Quaestio de Acqua et Terra, obra en la cual el poeta se opone a la suposición –entonces muy discutida— de si el agua en un punto de la superficie terrestre puede estar más alta que la tierra. El Canzoniere, finalmente, recoge líricas amorosas o alegórico-filosóficas y constituye uno de los documentos de la más alta representación de aquél singular y complejo período de vida espiritual italiana, de donde nace la escuela del Stil Novo.

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En 1880 se encontraron antiguos documentos conteniendo una colección de 232 sonetos de Dante, entre ellos Il Fiore, una obra juvenil que viene publicado por primera vez.

IL FIORE

Lo Dio d`Amor con su´arco mi trasse
Perch´i´ guardava un fior che m´abellia,
Lo quale avea piantato Cortesia
Nel giardin di Pacer; e que´vi trasse

Sì tosto c(h)´a me parve ch´e´ volasse,
E disse: “l´sì ti tengo in mia balìa”.
Alló´gli pia(c)que, non per voglia mia,
Che di cinque saette mi pagasse.

La prima á non´Bieltá: per lio oc(c)hi il core
Mi passò; la seconda, Angelicanza:
Quella mi mise sopra gran fredore;

La terza Cortesia fu, san´dottanza;
La quarta, Compagnia, che fe´dolore;
La quinta apella l´uno Buona Speranza.

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