domingo, 25 de enero de 2009

Un poema para Fiorella

Guardo il calcio e penso a te...

Guardo il calcio e penso a te
La Fiorentina gioca sul prato
verde che crece vicino
a San Frediano
magari un po´più lontano
verso le colle di Serpiole
sei fra un attimo
messo la folla che grida
e non capisco questa solitudine

Soltanto so che sei
sotto il grigio della volta
e fai una passeggiata
lungo il Arno
vieni al pane e un bichiere
in fretta perche aspettano
tuoi innocenti
tuo verziere in giù
tuoi indimenticabili barboni

E io non so
perche è tanto forte questo
pensiero
in questo bar di fronte alla tivù
ascoltando in fondo
una canzone
di sgherri messicani
di spari
e di vendette sulle strade

Guardo il calcio e questa musica
sinistra è una realtà
come i marmi
bellissime de la tua vita.

José Terán C.
Nov. 2008, Hermosillo, Sonora, Méx.


Miro el futbol y te recuerdo...

Miro el futbol y te recuerdo
La Florentina juega sobre el pasto
verde que crece muy cerca
a San Frediano
quizá un poco más lejos
hacia las colinas de Serpiole
en un instante estás
enmedio de la multitud que grita
y no entiendo esta soledad

Sólo se que estás
bajo un cielo gris
y das un paseo
por el Arno
vas al pan y por un trago de vino
presurosa porque esperan
tus niños desamparados
tu jardín inclinado
tus inolvidables menesterosos

Y yo no se
porqué es tan fuerte este
recuerdo
en esta cantina de frente a la televisión
y escuchando de fondo
una canción
de matones mexicanos
y de venganzas sobre las calles

Miro el futbol y esta música
siniestra es una realidad
como los mármoles
bellísimos de tu vida.

Traducción José Terán C.

sábado, 3 de enero de 2009

El regreso de Dante a Florencia

(Primera Parte del libro “Crónicas Florentinas” de José Terán)

Nel mezzo del cammin di nostra vita
mi ritrovai per una selva oscura,
che la diritta via era smarrita.
Ahí quanto a dir qual era è cosa dura
esta selva selvaggia e aspra e forte
che nel pensier rinova la paura!

Con estos versos Durante di Alighiero –mejor conocido como Dante Alighieri—inicia una de las obras más conocidas y celebradas de la literatura occidental: “La Commedia”, que Boccaccio después habrá de calificarla como “Divina” y que desde la edición de Giolito, en 1555, hasta nuestros días, así será conocida.
Pero ¿por qué esta obra escrita casi 700 años atrás sigue siendo punto de referencia en nuestros días, a grado tal que no son pocos los eventos organizados por instituciones culturales –gubernamentales, académicas o privadas--, agrupaciones de escritores, poetas solitarios, así como trabajos de investigación o estudio que esta obra ha suscitado, no sólo en Italia sino en otros muchos países del mundo?
“La Commedia”, compuesta de tres grandes cantos, los cuales contienen cada uno 33 poemas y de un prólogo adjunto al primero, cuenta el viaje místico realizado por el poeta a través de las tres regiones del ultramundo: el Infierno, el Purgatorio y el Paraíso.
El poeta romano Virgilio, símbolo de la humanidad perfecta, lo acompaña en su recorrido por las primeras dos regiones, en tanto que Beatriz (el amor platónico del poeta), símbolo de la Gracia Iluminada, lo guía en el Paraíso.
La trama no es nueva, porque tales visiones representan un género típico de la literatura medioeval, pero Dante con ellas construye la más fuerte y completa interpretación del Hombre en todas sus facultades, desde las más bajas a las más elevadas, como nadie jamás lo ha expresado.
En el Infierno el hombre es considerado en su esencia material, el cual puede descender hasta la brutalidad, aunque también puede llegar a formas de heroica nobleza: la figura de Francesca de Rimini, de Brunetto Latini, de Farinata de los Uberti, de Ulisses, del Conde Ugolino, recuerdan a los mayores y grandes personajes de una humanidad pasional y apasionada, que aún ilumina el mundo de los perdidos y crea modelos de vida eternos.
Al contrario, más escondido, más opaco, no más terreno y aún no celestial, aparece e hombre en el Purgatorio; aquí, la gallardía y el colorido del Primer Canto es sustituido por un lirismo más delicado, crepuscular, de entonación melancólica. En el Purgatorio se encuentran escritos los más grandes y célebres versos inspirados por la melancolía.
En el Paraíso, finalmente, el hombre casi deja de ser creatura limitada en sí mismo, para participar de una realidad más grande y absoluta, que todo lo penetra; el verso toma significados de universalidad, alcanza a explicar lo inexplicable y culmina en los últimos poemas con las más altas expresiones de poesía mística como jamás se han escrito:

Veder volea como si convenne
l´imago al cerchio e come vi s´indova;
ma non era da ciò le proprie penne:
se non che la mia mente fu percossa;
da un fulgore in che sua voglia venne.
A l´alta fantasia qui mancò possa;
ma già volgeva il mio disio e il velle,
sì como rota ch´igualmente è mossa,
l´amore che move il sole e l´altre stelle.

La Commedia es más que una obra de poesía; constituye la competa afirmación del pensamiento latino, religioso, moral y político; y como tal es centro no sólo de la civilización italiana, sino de toda la civilización europea.

***

Sin temor a equivocarnos, podemos decir que la Divina Comedia de Dante Alighieri se encuentra inscrita en la continua y constante conformación de la vida moderna italiana, ya que no sólo constituye un material obligado de estudio desde la escuela elemental, en calidad de expresión artística universal, sino que a niveles de Academia y de Estado, la Divina Comedia es reconocida como depositaria de la raíz más depurada del actual idioma italiano, la llamada “Lingua del Sì”.
Por lo que respecta a Florencia, la Ciudad – Estado donde nació Dante y de la cual fue exiliado para nunca volver, cada año, desde el mes de diciembre dan inicio algunos eventos para honrar la memoria de Dante y su obra, que se prolongan bien entrado el siguiente año, cuyas variantes quedan a cargo de las autoridades culturales municipales, estatales y federales.
Tuve en suerte presenciar por la televisión, un primer día de año nuevo, la actuación del artista y estudioso de Dante, Roberto Benigni, quien explicó, primeramente, el último poema del Infierno y después lo recitó a memoria, para la Rai Uno, en una noche momorable.
El segundo evento de esa misma temporada invernal fue la Muestra y Exposición denominada “Dove il sì Suona” que tuvo lugar en la Galería de los Oficios y fue inaugurada por el Presidente de la República. Allí se reunió la más grande colección de textos y ediciones sobre la lengua y el idioma italiano, no sólo desde las primeras ediciones de “La Commedia”, sino copias aún más antiguas, especialmente aquellas trabajadas e ilustradas a mano. Otros textos igualmente invaluables fueron puestos en exhibición, como “Il Morgante”, las obras de Marcilio Ficino, Pulci, Pico della Mirandola, así como traducciones de Virgilio, Petrarca, etc., tanto en latín como en Vulgar.
Dos días después de la inauguración oficial, recorrí solo y mi alma los amplios y silenciosos salones de la Galeria de los Oficios, ubicada frente al famoso museo del mismo nombre, ya que era la mañana de un domingo y únicamente un guardia cerca del ingreso custodiaba las innumerables vitrinas que contenían las valiosos infolios, pergaminos y pequeños libros cuyas portadas y contraportadas estaban recamados de oro y joyas, los llamados “Libros de Horas” que alguna vez posaron sobre las delicadas manos de Battista Sforza o, quizá, de Simonetta Vespucci …¿Quién puede saberlo?

Ese año –2003-- un tercer evento tuvo lugar en la Basílica de Santa Croce, donde Vittorio Sermonti –hoy es, quizá, el más notable estudioso, divulgador e intérprete de La Commedia—dio lectura integral del “Infierno”, durante 34 noches, del 5 de mayo al 20 de junio, en el marco del “Proyecto Italia” de Telecom.
Con enorme gusto asistí varias noches a escuchar a este hombre, quien sobre un templete levantado a un lado de la estatua de Dante Alighieri y frente a la Basílica de Santa Croce recitó para mí y para cientos de asistentes esos poemas que, en partes, causan escalofrío.

***

A propósito, como dato interesante, en esta Basílica de Santa Croce, construida a principios del Siglo XI, y posteriormente ampliada por el arquitecto florentino Arnolfo di Cambio (el mismo que inició Santa María del Fiore, conocida mejor como “Il Duomo”), hacia el 1400, además de importantes obras de Donatello, Giotto y Taddeo Gaddi, contiene y guarda también los mausoleos de Dante y Miguel Angel, enre otros. El primero enterrado en Ravena en 1321, en tanto el segundo en Roma.
Fue en plena época renacentista cuando Santa Croce se convirtió en la basílica de descanso de los ilustres muertos florentinos.
Hoy, al lado derecho de la fachada, se levanta una gran estatua en mármol de Dante, que con un texto en la mano y una corona de laureles ciñéndole las sienes domina la grande y característica plaza de Santa Croce.
Este año 2009, Dante Alighieri volvió de su exilio a Florencia.
Lo trajo, en esta ocasión y de nuevo, Roberto Benigni, quien ya inició las presentaciones de la obra “Tutto Dante” frente a Santa Croce y a un lado de la estatua del poeta.
Las fechas: 29 de diciembre del 2008; 7, 14, 21 y 28 de enero del 2009; 4,11,18 y 25 de febrero; 4,11, 18 y 25 de marzo; y el 1 de abril.

viernes, 2 de enero de 2009

Un soneto de Carducci

En Fiesole, sobre las colinas Nororientales cercanas a Florencia, se encuentran las primeras edificaciones de lo que después sería --hacia el año 1000-- la capital de la Toscana. Allí, entre los nuevos palacios y construcciones del Siglo XVIII y XIX, se yerguen, imponentes, las ruinas romanas con su infaltable arena o coliseo.
Muy cerca del Museo de Paolo Conti, se encuentra un pasaje y una escarpada escalinata que lleva hacia la cima de una colina en cuya cúspide se eleva un antiquísimo monsterio de franciscanos aún vigente. Desde allí, en un descanso de la escalinata, se puede ver el profundo valle, el curso del Arno y la mancha urbana de la ciudad de donde sobresale, como otra colina, la roja cúpola que construyó el genio de Brunelleschi y que Miguel Angel llamó "La gran Máquina". Desde allí, también, se distingue, claro contra un fondo de tejados rojos, la esbelta blancura del Campanario levantado por Giotto.
En esta escalinata, sobre un muro de mármol se encuentra el siguiente soneto de Giosuè Carducci:

FIESOLE
Su l´arce ande mirò Fiesole al basso,
dov´or s´infiora la città di silla
stagnar livido l´Arno, a lento passo
richiama i francescani un suon di squilla.

Su le mura, dal rotto etrusco sasso
la lucertola figge la pupilla,
e un bosco di cipressi a i venti lasso
ulula, e il vespro solitario brilla.

Ma dal clivo lunato a la pianura
il campanil domina allegro como
la risorta nel mille itala gente.

O Mino, e nel tuo marmo e la natura
che de fanciulli a le ricciute chiome
ride, vergine e madre eternamente.

La niña estudiante

(Del libro "Crónicas Florentinas")
Llegó con un grupo de jovencitos hasta la escalinata de la Basílica de San Lorenzo; vestía un chaleco acolchado rojo, de invierno, una camisa de mezclilla y unos jeans; cinto blanco y tenis del mismo color.
Se mantuvo entre sus compañeros, sentados en un grupo compacto sobre las escalinatas de esta iglesia reconstruida y ampliada por Lorenzo de Medicis. Desde la parte más alta de la explanada que bordea el templo los observé: los jovencitos y las niñas típicamente italianos, parecían venir del norte --habían bajado de un gran autobus escolar--, pero sólo ella sobresalía de entre todos por su piel oscura, negra. Parecía, también, ser la más popular por la forma en que sus compañeros se congregaban en torno de ella.
Enmedio de sus amiguitos que le hacían cerco habló con ellos y luego los contó con un dedito largo y negro, antes de volver a tomar asiento.
Como casi todos los demás, cargaba un bolsa de estudiante y hablaba un italiano coloquial. En ningún momento noté discriminación alguna por parte de sus compañeros, antes al contrario era digna de atención. Tendría como 12 o 14 años, como todos los demás.
Sin embargo, había un aire triste en sus ojos.
Estuvieron esperando un buen rato a que sus profesores hicieran lo arreglos para ingresar, en grupo, a la basílica.
Es casi seguro que habían viajado para conocer la tumba de Cosimo de Medicis en la sacristía vieja y el imponente recinto de La Noche y el Día y los mausoleos de Juliano y Giovanni de Medicis, realizado por Miguel Angel; tal vez recorrerían la enorme Biblioteca Laurenziana, allí, un poco más allá de donde estábamos, a un lado de la basílica.
También es posible suponer que sus padres habían llegado años atrás de Africa.